Se estima que, en el año 2030, Europa tendrá el 32% del mercado mundial de servicios UAM (Urban Air Mobility). Las decisiones que se están tomando en el seno de la UE son claras para reducir los efectos de la contaminación en nuestros entornos urbanos y en el año 2030 tendremos más de 340 millones de ciudadanos afectados por la contaminación y la congestión de tráfico. No es de extrañar que un nuevo modo de transporte que aporta una movilidad inteligente, ecológica y sostenible y que puede complementarse con el resto de modos, sea un gran aliado para proporcionar un mayor bienestar social. La UAM tiene en estos momentos un potencial enorme de crecimiento y de dar respuesta a necesidades concretas de los ciudadanos y de las empresas.

Además de su componente sostenible, la UAM introduce una nueva dimensión al transporte por superficie, para pasar, de una movilidad en dos dimensiones, a la integración del espacio aéreo como una nueva dimensión, que incrementa enormemente las posibilidades de comunicación, sobre todo en los entornos más congestionados como son las zonas urbanas e interurbanas.

Hay muchos avances que van dando forma a una UAM posible y real. Todos estos avances se están centrando en su gran mayoría en los aspectos tecnológicos y de producción, además de la incorporación de la normativa que va dando forma a esta nueva movilidad. Los costes de las baterías y sus capacidades han avanzado mucho en la última década y se esperan grandes mejoras todavía que hagan posible disponer de aeronaves capaces de dar respuesta a requerimientos de alcance y capacidad de carga. Los sistemas de guiado y control también están evolucionando para dar más robustez y seguridad de las operaciones. Pero, como con frecuencia comento, hay un intangible que requiere que se considere como vital para el futuro de la UAM. La nueva movilidad no es un fenómeno neutro, ajeno a los efectos y las expectativas de los ciudadanos, que serán al final los usuarios y los beneficiados de este nuevo modo de transporte. En otras palabras, no es posible un desarrollo de la UAM sin tener en cuenta su aceptación por parte de la sociedad.

Recientemente la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea (EASA) promulgó el desarrollo de un estudio exhaustivo sobre la aceptación social de las operaciones UAM en toda la Unión Europea. El estudio lo realizo la consultora McKinsey & Company entre noviembre de 2020 y abril de 2021. Algunos de los datos y resultados de este trabajo son reveladores de como interpretan y ven los ciudadanos la integración en sus vidas de esta nueva movilidad.

Para centrar los aspectos sobre los que los que se ha realizado el estudio, se ha definido a la Movilidad Aérea Urbana como un sistema de transporte aéreo para pasajeros y carga en y alrededor de zonas urbanas se puede implementar en Europa dentro de tres a cinco años, ofreciendo un transporte ecológico y rápido.

El primer resultado de la encuesta es que el 83% de los ciudadanos ven como positivo o muy positivo este nuevo modo de transporte. Un aspecto relevante para la valoración positiva es la aportación de la UAM a ciertos usos beneficiosos para la comunidad como son los servicios de transportes sanitarios y de emergencia. No obstante, quedan claros los obstáculos más relevantes que los ciudadanos aprecian y que se concretan en la seguridad, el ruido y en el impacto visual y en las infraestructuras de las ciudades. Un aspecto relevante es que, el umbral de aceptación, en cuanto a la seguridad, se establece en que se repita la misma seguridad percibida que existe con el transporte aéreo actual. Esta circunstancia tiene que ser una guía para que los reguladores desarrollen una normativa que integre la aviación tripulada y no tripulada en un único sistema sin disminuir las cotas de seguridad. También es curioso cómo se interpreta por parte de los ciudadanos la consideración de los riesgos a este nuevo modo en función del uso. Por ejemplo, en el caso del uso para transporte de paquetería la aceptación es del 56%, mientras que si es para transporte de personas es del 70% si la aeronave lleva piloto a bordo y del 44% si es totalmente autónomo.

En relación al ruido, hay que mencionar que es un tipo de contaminación totalmente subjetiva en cuanto a la percepción que se tiene por parte del ciudadano. Dado que actualmente todavía no existe una realidad donde establecer consultas sobre su impacto, se está trabajando en reducir los niveles de ruido en las aeronaves y estas reducciones se irán incrementando en el futuro por lo que será siempre un factor de mejora y por lo tanto su impacto ira igualmente mejorando y disminuyendo con el tiempo.

Un aspecto que considero debe tenerse en cuenta es que, cualquier encuesta o análisis de mercado sobre la UAM, que se realice en estos momentos, carecen de perspectivas sobre algo conocido o existente por lo que el resultado seguro presenta sesgos que deben considerarse como márgenes de error en las conclusiones. Un factor que las autoridades deben introducir en sus actuaciones es concienciar a la sociedad sobre la realidad y ventajas de esta movilidad sobre todo en las capas más jóvenes, pues serán los usuarios del futuro y los que convivirán con una nueva movilidad totalmente integrada en sus vidas.

El desarrollo y las experiencias en la industria de los vehículos eléctricos también han influido en el desarrollo de UAM en Europa. En estos momentos hay varias empresas europeas que están desarrollando aviones UAM en diversas fases de evolución, de entre ellas una española, Umiles Group, y para la segunda parte de esta década, la Movilidad Aérea Urbana, puede ser una realidad en Europa.

No hemos mencionado otro aspecto también vital para el futuro de la UAM que es la rentabilidad económica. Dejamos este factor para un nuevo blog.

Pablo Morera

pmorera@jasdrone.com

www.jasdrone.com

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