Las posibilidades de los UAS para aportar soluciones útiles tanto a la industria como a la vida diaria de las personas, son evidentes y cada día surgen nuevas ideas y avances en las capacidades técnicas de las aeronaves no tripuladas y en sus sistemas.

También es evidente, y así lo hemos ido comentando en anteriores blogs, la necesidad de ir ampliando las posibilidades operacionales de los UAS, adaptando la normativa y estableciendo requisitos razonables que tengan en cuenta las peculiaridades de este tipo de transporte.

Una de las barreras actuales para múltiples aplicaciones, es la imposibilidad de operar en condiciones de BVLOS, o dicho de otra forma en operaciones donde el vuelo del dron se prolonga más allá de la vista del piloto. Son cada día más demandados trabajos para inspecciones de infraestructuras lineales, toma de datos en plantas industriales, entrega de paquetes ligeros y operaciones de agricultura de precisión, incluida la fumigación de cultivos, construcción, etc., que necesitan para obtener una viabilidad técnica y económica la realización de operaciones BVLOS.

Es interesante observar cómo están afrontando este problema en los EEUU. La FAA tiene ya concedidos más de cien permisos para operar en BVLOS, pero esto supone solo la aprobación de uno de cada tres solicitudes.

Para establecer una más rigurosa visión de las posibilidades de las operaciones “más allá de la vista”, la FAA encargó al Aviation Rulemaking Committee (ARC) un informe para hacer recomendaciones sobre requisitos reglamentarios basados en el rendimiento para normalizar las operaciones BVLOS seguras, escalables, económicamente viables y ambientalmente ventajosas.

El resultado fue un documento de más de 400 páginas entregado en el primer semestre del año pasado. Son muy interesantes las conclusiones que se han puesto sobre la mesa y el enfoque metodológico del trabajo. El informe se dividió den dos Fases. La Fase 1 se centró en analizar el problema y entender como dar una solución práctica y realista a los vuelos BVLOS desarrollando una metodología a seguir. La Fase 2 se centró en establecer un marco de riesgo, basándose en los resultados de la Fase 1. Se concluyó, por ejemplo, en recomendar operaciones con UAS con una energía cinética resultante de no más de 1.084.654 Julios para realizar operaciones BVLOS sin exenciones.

Una consideración que se incluye en el informe, seguro que traerá controversias y futuros debates en el seno del mundo de la aviación. Nos referimos a la consideración del concepto de “riesgo aceptable”. El ARC introdujo en su análisis del riesgo no solo la seguridad operacional (cuestión esta básica y primordial para la aviación tripulada) si no que considero también los beneficios sociales.

¿A que es debido este novedoso planteamiento? A mi entender, esta cuestión es muy importante y clave para el desarrollo futuro de las operaciones de UAS. Se produce un desvío intencionado al valorar y cuantificar el riesgo de la operación de un dron con respecto a la filosofía y planteamientos que se han venido utilizando en la aviación tradicional. Aquí no se trata ya de establecer como horizonte evitar el peor de los casos posibles a cualquier precio, si no que el beneficio social entra en juego. Se plantea en el análisis del riesgo una metodología bidimensional donde entra a ser considerado no solo la probabilidad de fallo sino también las consecuencias producidas. Como miembros del ARC han indicado: “Con la aviación tripulada, la consecuencia de un accidente es nefasta porque hay personas a bordo. Con la operación de UAS, ese no es el caso. Hasta ahora, nunca nos habíamos planteado la pregunta ‘¿Qué es un nivel de riesgo aceptable?'”. El propio Comité respondió a esta pregunta recomendando un nivel de riesgo aceptable (ALR) consistente para todos los tipos de operaciones de UAS, encapsulado en un marco regulatorio respaldado por una Matriz de riesgo operativo y una Matriz de automatización. Ambos utilizan enfoques cualitativos y cuantitativos para evaluar los riesgos aéreos y terrestres para mejorar el cumplimiento y reducir los riesgos a un nivel aceptable.

Dejemos para otro Blog un análisis en más profundidad de este informe sumamente interesante, que todavía no ha tenido una repercusión directa en la normativa de UAS.

Lo que deseamos es que los organismos reguladores aclaren el entorno normativo para el uso de drones para permitir un mejor y mayor crecimiento en operaciones que proporcionen eficiencia, seguridad, economía y que dinamicen a la industria.

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